La provincia culminó 2025 con un crecimiento real de apenas el 0,5%, uno de los registros más bajos del país. Mientras el «Consenso Fiscal» salvó las cuentas de otras jurisdicciones con saltos de tres dígitos, La Rioja quedó rezagada en la distribución de compensaciones, evidenciando una pérdida de peso en la discusión de recursos federales.
Los números fríos del cierre de 2025 desmienten cualquier narrativa de recuperación robusta para las arcas riojanas. Si bien el consolidado nacional de transferencias automáticas mostró un repunte final, La Rioja quedó atrapada en la zona baja de la tabla, cerrando el año con un desempeño anémico que expone su vulnerabilidad financiera y una preocupante disparidad respecto a sus vecinos del Norte Grande.
El informe de la consultora Politikon Chaco revela que, en el balance anual acumulado de 2025, La Rioja apenas logró una variación real positiva del 0,5%. Este dato contrasta con la «fiesta» de recursos que experimentaron provincias como Salta (+4,3%) o Buenos Aires (+3,9%). La provincia gobernada por el quintelismo evitó los números rojos por la mínima, ubicándose en el lote de los peores desempeños del país, solo por encima de Santa Cruz, Entre Ríos y las estancadas Córdoba y Santa Fe.
Diciembre: un alivio insuficiente
El mes de diciembre de 2025 ofreció una radiografía exacta de la asimetría federal actual. Mientras el total de transferencias automáticas a nivel nacional creció un 3,3% en términos reales, La Rioja solo capturó un incremento del 1,2%.
La explicación técnica de este fenómeno encierra una lectura política. El «motor» de los fondos en diciembre no fue la Coparticipación Federal estricta, que se mantuvo virtualmente plana con un alza del 0,1% por el desempeño mixto de Ganancias e IVA. El verdadero oxígeno provino de la Compensación del Consenso Fiscal, que a nivel nacional se disparó un 103,4% real interanual.
Sin embargo, aquí radica el problema político para La Rioja: el reparto de este oxígeno fue discrecionalmente desigual. Mientras distritos vecinos lograron incrementos exponenciales en este concepto —Catamarca (+755,5%), San Juan (+473,2%) o Chaco (+258,6%)—, La Rioja debió conformarse con una suba del 41,4% en el rubro de Consenso Fiscal.
Esta diferencia abismal sugiere que la administración provincial no logró activar los resortes necesarios para capitalizar al máximo los fondos compensatorios, quedando relegada frente a otras provincias que sí lograron «salvar» su mes gracias a estos giros específicos.
La dependencia de los regímenes especiales
Al desglosar los ingresos de diciembre, se observa la estructura de la fragilidad riojana:
- Coparticipación pura: Creció apenas un 0,1% real, en línea con el promedio nacional, atada a la suerte de la recaudación macroeconómica sin margen de maniobra local.
- Leyes Especiales: Aquí La Rioja mostró un mejor desempeño relativo con un alza del 14,5%, impulsada por regímenes como el de Combustibles Líquidos y Energía Eléctrica, que tuvieron saltos significativos a nivel nacional.
A pesar de este repunte en leyes especiales, el peso del estancamiento en la coparticipación pura y la falta de explosión en el Consenso Fiscal anclaron el resultado final muy lejos de los líderes del ranking, como Salta (+9,8%) o Misiones (+9,0%).
El balance final: 2025, un año de supervivencia
El acumulado de los doce meses confirma la tendencia de estancamiento. La Rioja recibió en todo 2025 un total de $1.163.068 millones. Si bien nominalmente la cifra impacta, en términos de poder de compra real representa ese magro avance del 0,5% respecto a 2024.
En el análisis per cápita, cada riojano recibió en 2025 un equivalente a $2.881.899. Aunque esta cifra supera a la de distritos centrales como Córdoba o Buenos Aires —por el efecto de la densidad poblacional en la ley de coparticipación—, la dinámica de crecimiento se ha detenido.
La conclusión política que arrojan los números de Politikon Chaco es clara: el sistema de reparto automático en 2025 premió a quienes mejor navegaron los acuerdos del Consenso Fiscal. La Rioja, otrora protagonista en la negociación de fondos extras, cerró el año mirando cómo otras provincias capitalizaban mejor la «arquitectura de compensaciones» diseñada para paliar la crisis de la coparticipación pura.