El presidente de la Cámara de Diputados ya trabaja en la reelección del libertario, pero en su círculo íntimo toma fuerza la idea de integrar la fórmula presidencial. Mientras mantiene su vida en Buenos Aires y una «guerra fría» con Santiago Caputo, eligió a Gino Visconti como su carta para disputar la gobernación.
La arquitectura electoral de La Libertad Avanza para 2027 comenzó a diseñarse con una audacia que mezcla la nostalgia de los noventa con el pragmatismo libertario. Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, ya no oculta su objetivo primario: trabaja abiertamente por la reelección de Javier Milei. Sin embargo, detrás de la lealtad institucional se gesta una aspiración mayor que retumba en los pasillos del Congreso y en las mesas políticas de La Rioja: la conformación de la fórmula presidencial «Milei-Menem».
El riojano, que logró «salvar la ropa» y ratificar su continuidad al frente de la Cámara baja apoyado en el triunfo legislativo de su fuerza en las últimas elecciones de medio término, busca capitalizar su apellido y su alineamiento total con la Casa Rosada. No obstante, su proyección nacional tiene un correlato necesario en su provincia natal, un territorio que, paradójicamente, visita poco. Con su vida privada y comercial arraigada en Buenos Aires, Menem ha decidido tercerizar la disputa territorial.
Visconti, el elegido para enfrentar al peronismo
La carta marcada de Menem para pelear la gobernación de La Rioja en 2027 tiene nombre y apellido: Gino Visconti. El actual diputado nacional, que llegó a su banca impulsado por el «enojo de la sociedad a las políticas de Ricardo Quintela», es el hombre ungido para liderar la batalla contra el peronismo local.
La estrategia es clara: mientras Menem construye poder en la superestructura nacional, Visconti debe capitalizar el desgaste del quintelismo en el terreno. En el entorno libertario leen que el ascenso de Visconti fue una consecuencia directa del rechazo a la gestión provincial, un fenómeno que permitió a Menem validar sus credenciales ante Milei sin necesidad de sumergirse en el barro de la política doméstica diaria.
La «guerra fría» y el rol de Lule
El esquema de poder de los Menem se completa con Eduardo «Lule» Menem. Lejos de las luces del recinto, el primo y operador político trabaja bajo la órbita directa de Karina Milei en la titánica tarea de la ampliación nacional de La Libertad Avanza. Su rol es tejer alianzas y darle musculatura a un partido que necesita estructura propia para no depender de socios prestados.
Sin embargo, el ascenso de Martín Menem no está exento de frentes internos. Fuentes calificadas confirman la existencia de una «guerra fría» con Santiago Caputo, el asesor estrella del Presidente. La tensión entre el ala política tradicional que encarna el riojano y el «triángulo de hierro» del consultor es un secreto a voces que marca el pulso de la gestión libertaria. Menem sabe que su supervivencia y su eventual candidatura a vicepresidente dependen de mantener el equilibrio entre su utilidad legislativa y su alianza inquebrantable con Karina Milei, su principal valedora en Balcarce 50.