El ministro de Turismo y Culturas trazó un diagnóstico lapidario sobre la economía de las familias riojanas durante su visita a un histórico ciclo radial; instó a las emisoras a «abrir los micrófonos» para canalizar el malestar social y asegurar su vigencia.


En un domingo de balances y celebraciones mediáticas, el ministro de Turismo y Culturas de La Rioja, Gustavo Luna, irrumpió en el aire con un diagnóstico social que no dejó margen para el optimismo. Invitado a los estudios de Medios Provincia para conmemorar el aniversario del programa «Mis Queridos Viejos», el funcionario reconoció la gravedad de la situación económica y sentenció: «En estos momentos de tanta dificultad para la gente, nadie llega a fin de mes».

La definición del «Profe» Luna expone la realidad de los bolsillos locales, un escenario que encuentra correlato en los indicadores de consumo masivo que golpean a la provincia. La advertencia llega en un contexto donde las familias riojanas han recortado drásticamente sus gastos básicos, tal como lo reflejan las últimas estadísticas de ventas en supermercados que ubican a La Rioja entre los distritos con mayor retracción del país.

El rol de los medios en la crisis

Ante este panorama de asfixia financiera, Luna instó a los medios de comunicación tradicionales a revalidar su función social. Lejos de pedir un blindaje, sugirió convertir a las radios en cajas de resonancia del malestar ciudadano. «Que puedas acompañar desde la radio abriendo los micrófonos el año que viene de una manera especial a todo el mundo para escuchar la opinión de la gente», recomendó el ministro.

Para el funcionario, esa empatía y cercanía serán la clave de la supervivencia de las emisoras frente al avance de las nuevas tecnologías. «Creo que eso va a ser el servicio y lo que le va a permitir a los medios tradicionales mantenerse con vida», analizó, vinculando la vigencia de la radiofonía a su capacidad de escuchar los reclamos de la calle.

Un clásico que resiste

El motivo de la visita fue saludar al conductor Carlos Casas por los 34 años de su ciclo. Luna destacó el valor cultural del programa, calificándolo como un archivo vivo de la memoria provincial. «Mis Queridos Viejos es un poco el que sostiene alegremente nuestra historia, la historia de la empresa pero también la historia de La Rioja», elogió.

El ministro valoró el rol del envío como un «nexo o puente» entre las familias, capaz de mantener costumbres como el saludo y la foto a pesar del paso del tiempo. Sobre el cierre, y pese al contexto adverso, proyectó un festejo mayor para el próximo hito del programa: «Cumplimos 35 si Dios quiere el año que viene y con un baile hay que festejarlo».

Por Eduardo Nelson German

Periodismo + Opinión

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